¿LAS FOTOS INMOBILIARIAS VENDEN CASAS?
Los anglosajones y Estados Unidos a la cabeza, son los mercados en los que la fotografía inmobiliaria tiene mayor implantación. No conciben poner un producto inmobiliario en el mercado sin un reportaje estupendo.
Sigo en las redes el trabajo de muchos fotógrafos de aquellos países, y con el máximo interés los artículos y debates profesionales en Photography for Real Estate (PFRE).
Recientemente me llamó la atención el artículo del siguiente enlace (por Scott Hargis y Larry Lohrman):
Esencialmente, viene a decir que el propósito de las fotografías inmobiliarias NO es vender propiedades. Y tiene toda la razón.
Las fotografías que hacemos los profesionales ayudan a vender las viviendas, sin duda. Y como es éste el efecto más inmediato y notable, puede parecer que es el objetivo de nuestro trabajo.
Sin embargo, como bien refiere el artículo citado, haremos bien en comprender que la finalidad real de nuestros clientes es ganar cuota de mercado y conseguir nuevas exclusivas. Aunque no sean conscientes de ello.
Añade que las fotos excelentes no son imprescindibles para el proceso. De hecho, la mayoría de las casas en el mercado tienen unas fotos realmente horrendas. Y eventualmente se venden.
Las estadísticas son elocuentes: la fotografía profesional ayuda a vender una casa más rápido y por más dinero. Pero para esos fines serían suficientes fotografías buenas, sigue diciendo.

Entonces, ¿por qué los fotógrafos y sus clientes deberían hacer un esfuerzo adicional por producir fotografías excelentes?
Es una cuestión de marca: los futuros clientes de los agentes inmobiliarios tienen que asociarlos mentalmente a conceptos de prestigio, excelencia y diferenciación. La percepción de un propietario y futuro cliente cuando revise las ofertas de una agencia, debe ser de calidad muy por encima de la media.
Me han dicho en varias ocasiones que mis fotografías de un inmueble son “de revista”. Alguien puede pensar que es una calidad excesiva para su uso efímero en portales inmobiliarios a baja resolución o impresas en folletos con poca calidad. Se equivoca.
Cada inmueble, con independencia de su precio, calidad o del precio que cobremos por el reportaje, ha de tratarse de la misma manera. Los resultados han de ser siempre de revista, es decir impecables y excelentes.
Las propiedades se venden, pero las fotos perduran y hablan de nuestro trabajo, nuestras capacidades y dedicación. Siguen trabajando indefinidamente para fotógrafo y agente, convenciendo a futuros clientes para los dos.

A veces he hecho reportajes de inmuebles mediocres y cobrando poco, que además son los más laboriosos y menos gratificantes. Me costó sobreponerme para mantener la calidad del resultado. Tiempo después, esos reportajes han generado nuevos clientes con trabajos rentables y atractivos. El promedio resultó estupendo.
A largo plazo, constatas que las web y redes de tus mejores clientes tienen una calidad que destaca entre la mediocridad debido a las fotos.
Así contribuyes al fortalecimiento de su marca y la tuya como fotógrafo inmobiliario, que es el propósito de tu trabajo.
El repetido artículo de PFRE, cita la sueca Fantastic Frank https://www.fantasticfrank.se/ como ejemplo de inmobiliaria que solamente publica imágenes dignas de las revistas de estilo y diseño. Concuerdo y recomiendo la visita a su web.

Agosto de 2019, © Andrés Irrazábal